El acné es una afección cutánea que afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a adolescentes y adultos jóvenes. Además del rostro, puede aparecer en el cuello, el pecho, la espalda y los hombros.
Existen diferentes tipos de acné, como los puntos negros (comedones abiertos), las espinillas (comedones cerrados), las pápulas, las pústulas, los nódulos y los quistes. El grado de gravedad puede variar, desde casos leves con algunas imperfecciones hasta formas más severas que pueden causar inflamación dolorosa y cicatrices permanentes.
Causas del acné
El acné es causado por una combinación de factores que incluyen:
- Producción excesiva de sebo: Las glándulas sebáceas en la piel producen sebo, un aceite que ayuda a lubricar y proteger la piel. En algunas personas, estas glándulas producen un exceso de sebo, lo que puede obstruir los poros y favorecer el desarrollo del acné.
- Acumulación de células muertas de la piel: Las células de la piel se renuevan constantemente, pero en algunas personas, las células muertas no se desprenden adecuadamente y pueden obstruir los poros, contribuyendo al desarrollo de comedones y lesiones acneicas.
- Bacterias: La presencia de una bacteria llamada Propionibacterium acnes en la piel puede desencadenar una respuesta inflamatoria, lo que agrava el acné y puede causar enrojecimiento e hinchazón.
- Cambios hormonales: Durante la pubertad, el aumento de las hormonas androgénicas estimula las glándulas sebáceas y aumenta la producción de sebo. Esto explica por qué el acné es especialmente común durante la adolescencia, aunque también puede afectar a personas de otras edades.
- Factores genéticos: Existe evidencia de que la predisposición genética puede influir en la susceptibilidad de una persona al acné. Si tienes antecedentes familiares de acné, es más probable que también lo desarrolles.
Hábitos para evitar el acné
Para prevenir el acné y mantener una piel más saludable, es importante adoptar hábitos adecuados de cuidado de la piel. Aquí hay algunas recomendaciones:
- Limpieza regular: Lava tu rostro dos veces al día con un limpiador suave sin fragancia. Evita frotar la piel demasiado fuerte, ya que esto puede irritarla. No te laves la cara con demasiada frecuencia, ya que esto puede eliminar los aceites naturales y causar sequedad.
- Evita tocar tu rostro: Evita tocarte la cara con las manos, ya que pueden transferirle suciedad y bacterias. También evita apretar o exprimir las lesiones acneicas, ya que esto puede empeorar la inflamación y provocar cicatrices.
- Hidratación adecuada: Utiliza una crema hidratante ligera y no comedogénica para mantener la piel hidratada sin obstruir los poros.
- Protección solar: Utiliza un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) adecuado para proteger tu piel de los dañinos rayos UV. Esto es especialmente importante si estás utilizando tratamientos para el acné, ya que algunos pueden hacer que la piel sea más sensible al sol.
- Evita productos comedogénicos: Utiliza productos cosméticos, como maquillaje y protectores solares, etiquetados como “no comedogénicos” o “libres de aceite” para reducir la obstrucción de los poros.
- Lava tu cabello regularmente: Si tienes el cabello graso, lávalo con regularidad y mantén el flequillo o el cabello largo fuera de tu cara, ya que los productos capilares y el aceite pueden contribuir al acné en la línea del cabello y la frente.
- Dieta saludable: Mantén una dieta equilibrada y evita los alimentos procesados y ricos en grasas saturadas. Algunos estudios sugieren que ciertos alimentos, como los lácteos y los alimentos con alto índice glucémico, pueden desencadenar o empeorar el acné en algunas personas, pero los efectos pueden variar.
- Controla el estrés: El estrés puede desencadenar brotes de acné, así que encuentra formas de manejar el estrés, como practicar técnicas de relajación, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente.
Tratamientos más efectivos para combatir el acné
Existen varios tratamientos comunes utilizados para combatir el acné, que van desde opciones de venta libre hasta medicamentos recetados. Estos tratamientos pueden variar en función de la gravedad del acné y las necesidades individuales de cada persona. Algunos de los tratamientos más utilizados incluyen:
- Medicamentos tópicos de venta libre: Estos productos suelen contener ingredientes como el peróxido de benzoilo, el ácido salicílico o el azufre, que pueden ayudar a reducir la producción de sebo, eliminar las células muertas de la piel y combatir las bacterias. Están disponibles en forma de geles, cremas, lociones y limpiadores.
- Retinoides tópicos: Los retinoides son derivados de la vitamina A y ayudan a destapar los poros, reducir la inflamación y promover la renovación celular. Algunos ejemplos de retinoides tópicos incluyen el tretinoína, el adapaleno y el tazaroteno. Estos medicamentos suelen necesitar prescripción médica.
- Antibióticos tópicos: Los antibióticos tópicos, como la eritromicina o la clindamicina, pueden utilizarse para reducir las bacterias en la piel y disminuir la inflamación. A menudo, se prescriben en combinación con otros tratamientos tópicos.
- Antibióticos sistémicos: En casos de acné moderado a severo, es posible que se receten antibióticos orales, como la doxiciclina, la minociclina o la tetraciclina. Estos medicamentos ayudan a reducir las bacterias y la inflamación en todo el cuerpo. Generalmente, se utilizan durante un período limitado de tiempo.
- Anticonceptivos orales: Algunas mujeres pueden beneficiarse de los anticonceptivos orales que contienen estrógeno y progestina. Estos medicamentos pueden regular las hormonas y reducir la producción de sebo. Sin embargo, su uso está limitado a mujeres que no están embarazadas y pueden requerir una evaluación médica previa.
- Isotretinoína oral: La isotretinoína oral, también conocida como Accutane o Roaccutane, se utiliza para tratar el acné grave o resistente a otros tratamientos. Es un medicamento potente que reduce la producción de sebo, disminuye el tamaño de las glándulas sebáceas y combate la inflamación. Sin embargo, tiene efectos secundarios significativos y solo puede ser recetado por un dermatólogo.
Productos disponibles en el mercado más populares
- Peróxido de benzoilo: Es uno de los ingredientes activos más utilizados en productos para el acné. Ayuda a eliminar las bacterias, reducir la inflamación y destapar los poros. El peróxido de benzoilo está disponible en diferentes concentraciones y formas, como geles, cremas y lociones. Un ejemplo lo es el PanOxyl Acne Foaming Wash Benzoyl Peroxide 10% Maximum Strength Antimicrobial.
- Ácido salicílico: Es un ingrediente común en productos para el acné, especialmente en limpiadores y exfoliantes. Ayuda a destapar los poros, eliminar las células muertas de la piel y reducir la inflamación. El ácido salicílico también se encuentra en forma de geles, cremas y almohadillas. Una opción lo es el Paula’s Choice Skin Perfecting 2% BHA Liquid Salicylic Acid Exfoliant.
- Ácido glicólico: Es un tipo de alfa hidroxiácido que se utiliza en productos para el cuidado de la piel, incluyendo tratamientos para el acné. Ayuda a exfoliar la piel, reducir la obstrucción de los poros y mejorar la apariencia general de la piel. El ácido glicólico se encuentra en productos como limpiadores, tónicos y cremas. Una opción lo es el Glycolic Acid Toning Solution.
- Azufre: Es un ingrediente común en tratamientos para el acné, especialmente en productos destinados a reducir las lesiones inflamatorias. El azufre tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, y puede ayudar a reducir la producción de sebo. Se encuentra en forma de cremas, lociones y mascarillas. Una opción es el JOESOEF SKIN CARE Sulfur Soap y el AcneFree Acne Clearing Sulfur Mask.
- Té verde: El extracto de té verde se utiliza en algunos productos para el acné debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Puede ayudar a reducir la inflamación y controlar la producción de sebo. Se encuentra en forma de geles, cremas y tratamientos tópicos. Una opción es el Green Tea Hyaluronic Acid Hydrating Moisturizer de Innisfree.
Recuerda que cada persona es única y puede que lo que funcione para una persona no funcione para otra. Si tienes problemas persistentes de acné, es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.imera instancia, para que te pueda aconsejar mejor para tu caso personal.
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